Tanto en el amor como en el desamor se abre una valiosa oportunidad de autoconocimiento.
Generalmente cuando enfrentamos una dificultad emocional, pensamos en el otro y no en nosotros. Queremos meternos en la cabeza del otro y, suelo ver, que buscamos ayuda o iniciamos terapia intentando entender al otro, como alivio, como salvación, como validación. Sin embargo, es en ese preciso momento de crisis en el que debemos aprovechar para mirarnos a nosotros mismos. Se aprende en el dolor. En el dolor es cuando más podemos transformarnos.
Entendimiento del dolor.
De la realidad, del momento que se está viviendo.
Inicio del conocimiento de sí mismo.
Conocerse para quererse, aceptarse y redefinirse.
El amor y el desamor son mis mayores pasiones desde la psicología , ese amor de pareja, esa construcción o finalización del amor es también una apertura a la posibilidad de conocerse y de transformarse. Son nuestras relaciones el resultado de lo que somos. Entendernos a través de la forma como nos relacionamos, conocernos desde el amor y el desamor es la oportunidad de resolver interrogantes para caminar por la vida de una forma más placentera .
La terapia tiene como objetivo avanzar en determinada situación, abordar el sufrimiento para que la persona logre resolver aquello que lo está causando. No hay avance sin comprensión, comprensión profunda, en donde lo único que se puede modificar es el propio comportamiento, cambiar los lentes con los que se enfrentan las situaciones, reflexionar sobre sí mismo.